Vergonzante detención del profesor Elmouth Castillo, “el de los huevos”.
La privación ilegal de la libertad por cerca de dos horas,
la ausencia de cargos, la incomunicación
a que en ese lapso fue sometido, y la reclusión forzada en algún sitio
indeterminado de palacio de gobierno del profesor Elmouth Castillo Sandoval son
signos ominosos y un mal augurio para la
sociedad sudcaliforniana.
El procedimiento completo del que fue objeto el profesor
Elmouth Castillo Sandoval parece más bien un secuestro exprés, propio de la
delincuencia organizada, que un procedimiento legal de las autoridades
responsables de vigilar el cumplimento de ley, y de cumplirlas ellas mismas
antes que nadie.
Todo parece indicar que se trata de una vergonzosa
revancha del ejecutivo estatal contra el
profesor Elmouth Castillo Sandoval por
haberse atrevido, éste, a entregar al
gobernador Marcos Covarrubias una cartera de huevos con lo que pretendía
simbolizar la falta de coraje de un
gobernador que prefiere mantenerse en silencio o en franca connivencia con el
gobierno federal antes que defender a sus maestros sudcalifornianos en esta
arremetida brutal contra sus derechos sindicales, principalmente en lo que se
refiere a la seguridad en el empleo y a
la vigencia de los derechos laborales que hasta hoy han ganando a pulso.
Todo parece indicar que el propósito de esta aberrante y
abusiva acción es hacer saber a la ciudadanía sudcaliforniana que "quien
se la hace al gobernador, la paga". La venganza contra los propios
gobernados que reiteradamente han venido pidiendo la intervención del
gobernante en su defensa, muestra el verdadero
tamaño de los pequeños déspotas que jamás debieron ocupar el sitio que
hoy ocupan.
Tú, ciudadano de Baja
California Sur, a partir de hoy, con el legítimo derecho que te da el uso de la
razón, puedes estar seguro de que en
nuestro estado el gobierno de BCS no está contigo. Se pretende que a partir de
hoy las manifestaciones ciudadanas solo
sean de agradecimiento, de hurras y de
loas al gobernante; que no haya ninguna manifestación que descomponga su
sonrisa, su correcta presencia y sus finos modales. Se pretende olvidar que el
gobernante fue electo para defender, en primer lugar, los derechos de los
sudcalifornianos, no para hacer causa común con el primero que venga a intentar
limitarlos o eliminarlos.
Es una gran calamidad que el estado libre y soberano de Baja
California Sur se haya quedado sin líder y que quien fuera electo para serlo se
haya declarado derrotado sin siquiera intentar defender lo que a sus gobernados
afecta o, peor aún, que se haya
convertido en represor y cómplice de las abusivas medidas contra los trabajadores de la educación, escondidas en esa mal llamada reforma educativa.
Es verdaderamente triste saber que el gobernante ha
abandonado a sus profesores a su suerte. Pero más triste es saber que cuando se
le conmina a reunirse con los afectados para que de viva voz conozca lo que de las propuestas federales les afecta,
prefiera mantenerse alejado de ellos, en silencio o, de plano, dándoles escarmiento a los que le recuerdan que su obligación debería ser encabezar a
los sudcalifornianos que están siendo afectados desde las oficinas centrales de la capital de
la República.
¿Nuestro gobernador sólo seguirá contando los baches que ha reparado a causa de los
daños ocasionados por las lluvias?
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